Carlos Climente tuvo un arranque lejos de lo esperado. El madariaguense apenas rescató un par de puntos tras haberse cumplido la primera fecha anual del Turismo Special de la Costa, el último fin de semana, en el autódromo de Mar del Plata. Por eso es entendible el andar cabizbajo.
ESCRIBE CLAUDIO BARRUECO – «Se me rompió una punta de eje y no pude clasificar», comentó Climente -contacto telefónico mediante- sobre el hecho condicionante para su paso por La Feliz. A partir de allí, el piloto de Chevrolet debió largar las dos finales desde el fondo de la grilla. Y la suerte le resultó dispar: 10º puesto en la primera manga y abandono (a falta de cinco vueltas) en la segunda.
«El problema en la suspensión fue determinante. Así y todo, en la primera final pude remontar un montón. Y a la hora de la segunda venía para repetir, pero lamentablemente me quedé con las manos vacías», sostuvo Climente a modo de análisis general. En última instancia, cabe remarcar, influyó una maniobra protagonizada con Francisco Tamagno cuando el pelotón transitaba la denominada «curva de la confitería»: «Yo me tiré por afuera, él se abrió y se terminaron montando las gomas. Mi auto no se volcó de casualidad», se escuchó como explicación.
Nobleza obliga, más allá de lo sucedido, Climente no olvida el apoyo recibido para continuar con su aventura automovilística. «Le agradezco especialmente a Pedro Larribe por el armado del auto y la ayuda que nos presta en cada carrera; como así también a Diego Cigarreta, Ricardo y Mariano Méndez, Rubén Campo, Daniel Wuille, Tomi y el ‘Flaco’ Falcón, los sponsors y toda la gente que nos da una gran mano para correr».
La próxima fecha del TSC está programada para el fin de semana del 27 de abril, en el autódromo de Dolores. Hay sed de revancha.
